Buscar este blog

7 de mayo de 2013

Desde que todo se inundó, padecemos de astrofobia. Pánico o estado de alerta constante a que haya otro desastre natural. Puede ser una lluvia de meteoritos, un terremoto, cualquier cosa, pero ya una leve garua dispara la tensión. Si tenemos velas, un poco de agua, unas galletitas y nuestros seres queridos cerca todo puede estar mejor, pero no hay garantía. Personalmente tengo más miedo a ese ser indefinido que quiere atacarme mientras estoy durmiendo de espaldas, semidestapada y muy vulnerable. Desde los once años convivo con ese miedo cada noche, sospecho que mi bruxismo deriva de ahí. En realidad a poca gente la parte un rayo, en general las desgracias son cotidianas. Yo quería aparecer en el cereal de mi papá a la mañana, gritando a más no poder para que no me coma, pero no, me pasaron otras cosas. Igual creo que todo lo que vi de algún modo me pasó.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario