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13 de agosto de 2014

Sólo la voz de Ian Curtis me tranquiliza. Tan grave que siento que cubre todo, y que nadie más me va a cuidar así. Su voz es una manta que me envuelve. Pienso en él de una manera tan prohibida como cuando sos chiquita y estás enamorada de tu primo. A cierta edad se puede estar enamorada de tu primo. Pero qué  pasa si crecés y eso no cambió. Los dos se hicieron altos y él sigue siendo el más lindo. Y vos en tu sentimiento pecaminosos te sabés subnormal. Aunque la atracción no cese,  está bueno que también hay otra gente. Y muchos discos.