El album de figuritas de Cartoon Network no tiene todo lo que promete. Pero trae recuerdo a infancia, como abrir y pegar y pasar las páginas plastificadas. Uno de los pocos buenos planes para el invierno es apilar álbunes junto al fuego de leña real que arde en mi chimenea. Eso y los dos ovillos de lana que compré. Si este invierno consigo no ver gente voy a ser feliz. Mediante las cartas de Ishihara se detecta el daltonismo y su intensidad. Ya que varía mucho. Tenia un novio que por años creyó que yo usaba mucho marrón, cuando lo dijo en voz alta empezamos a darnos cuenta. Y aunque su defecto genético me intrigaba, no pude hacer otra cosa que alejarme de él.
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17 de mayo de 2013
14 de mayo de 2013
Mary Poppins es bella y mágica. Y lo sabe. Por eso también es muy agrandada y mandona. La película está dirigida al público infantil, pero cuando uno es grande al verla un poco se pregunta quién se empoma a Poppins, porque algo de seductora tiene, y labios rojos. También en la adultes se capta lo que la infancia no sabía, como el hecho de que la madre de los niños Banks es sufragista y cumple todas las reglas del papel: no ocuparse de sus hijos (la energía, los cantos y tareas están puestos en la vida social) y en su casa es una dominada -alegre- por su marido. De nuevo, una feminista de la puerta para afuera, un mal común de varias generaciones. Las imágenes estalladas festejan a Inglaterra y son lindas de ver. Las aventuras de todos con personajes muy british. Pero para mí el centro de la historia es el señor Banks, el personaje más divertido. Y la historia en sí no gira en torno a una niñera que lleva el nombre de la película. La trama principal es una historia de conflicto y amor entre el padre y los hijos, las exigencias del patriarcado riguroso que perjudica tanto a un señor que aunque rodeado de gente está solo, y dos niños que lo quieren. Un cliché, puede ser, así son los grandes temas que se repiten en las películas y en la vida, los que nos conmueven. Porque cuando el señor Banks al fin los mira y los toma de las manitas, nos sentimos bien.
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