Buscar este blog

27 de mayo de 2014

Comimos sushi todas las noches, acompañados por distintas bebidas. Hasta que ya no me gustó y mis cachetes ardieron de wasabi. Estuve triste todos estos días, y no te importó. Eso dolió más. Pero algo igual se hace más fuerte. Hace tiempo que creo en el amor. Excepto cuando esa cara de puta pone me gusta a todo como si eso siguiera estando bueno. Y a esta otra que dice cosas como "te deseo mucha luz" y ya no doy más de sonreir y no pegarles patadas ninjas. Tiene que haber otra opción. Si algo tengo claro ahora, además de mi deseo de muerte, alcanzada por el rayo mortal.