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3 de junio de 2014

Antes todo era materia incolora, o no sé cómo era. Tengo conciencia desde Italia 90. Desde mi tercer mascota y su final no feliz. De la primera vez que admiré con todas mis ganas, tenía casi 6.  Desde aquella vez que me retaron muy fuerte y no comí. Conciencia de los juegos de arkade y de las horas simétricas encerrada. De la primera noche que caminé sola por la calle y me sentí libre. De pisar una nueva ciudad y pensar que todo puede pasar. De tener frío en la nariz, las manos en los bolsillos. Del flan mixto. De todas las primeras veces antes de repetir.