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21 de noviembre de 2013

En los 80 me escapaba de mi casa a jugar juegos de Arcade. Era un pueblo así que un día me vieron. Una amiga era mi complice de aventuras. Posiblemente la hostigadora de esas geniales tardes. Supieron en qué gastaba mi mesada semanal. En los 90 me escapaba para ir a bailar. Saltaba el cerco. O creaba ficciones. Más bien mentiras. Siempre me quise ir.