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27 de abril de 2013

Cuando vemos dibujos animados hay una parte que dice "somos malos y somos robots". Nos reímos. Esa canción y ese baile que lo acompaña tiene que ver con todo y nada a la vez. Después hay otro donde los personajes pequeños se sientan y escuchan "un planeta! un planeta! un planeta!". La repetición es condición necesaria para el absurdo y la risa. Miramos tantas cosas que ya no nos acordamos pero la pasamos bien.Me pidieron que me afilie a un partido, les pregunté si eran republicanos y me contestaron que eso no existe acá. Les dije que bueno entonces podía ser pero que su candidato en su primer discurso debía cantar la canción del planeta. Se rieron pero yo hablaba en serio. No tiene sentido. Como debe ser. Tampoco lo tiene un puto cartel de esos intentos de eslogans que hay pegados en todas partes con una cara muy creepy del candidato. De la calle llega la voz megafoneada del señor que pasa en auto despacio vendiendo lavandina, y otros productos de limpieza. El cielo está a punto de caerse algo no me deja dormir. Hoy va a ser un día raro, ese señor ya lo anunció. Compremos lavandina, pero mi calle no le hizo caso y pasó. A la noche lo vamos a lamentar, pero si la tv anda todo va a estar bien.

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