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25 de septiembre de 2013

El hijo de puta con la bordeadora me despierta a la mañana. Siempre la pasan por las mañanas, cuando se debe dormir. Y arriba de mi ventana, casi, sino no entiendo. Que es lo mismo que decir mi cabeza. En c5n hablaban de homologaciòn de tìtulos. la expresiòn me dio ganas de vomitar. Una cura de agua es lo que necesito, horas en un yacuzzi caliente en medio de un jardìn nevado en plena noche. Sola. Eso o una buena sacudida en la nariz. Creo que esto es màs fàcil de conseguir tristemente. Y me alegro y resigno como el tipo de persona que de todas maneras no puede dormir. Hasta enconces me preparo y miro mi cartuchera de labiales màs cargada y colorida. Algunos no cuestionan nunca a la autoridad, a sus madres, a los mèdicos, a los economistas, a la industria lactea tan blanca y grasa, a los abusivos. Y por eso se salen con la suya. Pero algo late. Y a veces se pinta los labios color naranja. Como la resistencia.

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