Los días de invierno son breves. Las noches son largas, pero igual me da miedo despertar. Siento que una de estas mañanas nos vamos a dar cuenta que los fachos gobiernan de nuevo y a nadie le va a preocupar mucho. Excepto a los que no somos fachos. Que cada vez somos menos. Y má sensibles, y más dispersos. Al menos vamos a tener algunos álbunes llenos, tv por cable y un té caliene si sigue el invierno. Puede pasar cualquier día. Nos une el espanto más que el amor, pero nos une. Cuando abro las ventanas a la mañana sonrio de no ver ninguna esbástica todavia, desfilando por ahí, flameando por allá. Mientras más cosas lindas veo mientras tanto más linda me siento y más me alejo de ellos.
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