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29 de mayo de 2013

Proyecciones en la pared. Tantas horas que ya no sé que vi, muchas aventuras. A la mañana siguiente siento el mate en la mano y una trompada en el cerebro, ya desperté. No la recuerdo, pero fue una buena noche. Llena de pastillas, brebajes y dibujos. Llena de amigos imaginarios con los que hablo. Uno o dos jueguetes nuevos, en algún momento me dormí. Domí y miré la pared, tantas veces, cuando me preguntaste qué había pasado no supe responder. Pero todo fue tan bueno que conseguí olvidar la lluvia. Ayer en la calle como siempre a diez metros de la parada estaba esa señora gorda sentada en la vereda rodeada de sus cosas y con la sombrilla de colores abierta. Nos veía pasar a todos empapados pero ella ya estaba en su casa. Seguro que alguno le quiso robar la sombrilla. 

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